[…] nos quitaron nuestros sueños,
nuestra vida…
Una construcción derruida deja
ver aún la corriente de una cascada que en su tiempo fue vida y luz para
quienes convivían con ella diariamente, es la triste célebre historia de un
paraíso perdido que hoy se constata sólo a través de viejas fotografías y
películas, únicos testigos de su grandeza y vitalidad.
El diseño central del documento
contrasta el pasado con el presente, la gracia de los tiempos idos versus
la agresión industrial contra una
población.
Una para la cual su entorno ha
cambiado drásticamente. Ha dejado de ser lo que era.
Resurrección lo documenta, lo
transmite y finalmente lo señala.
Un paraíso que lejos de ser
recobrado sigue cobrando alto el precio del desdén al que fue sometido; víctimas
inocentes en aras del progreso que trasgrede el ecosistema, el equilibrio, lo
natural. Vidas que se afectan, sentimientos que se hieren.
Y el río Santiago que alguna vez
desbordaba llanto de alegría hoy desprende lágrimas de colores tóxicos dañando
a quienes prometió proteger y arropar. La impotencia de la naturaleza frente al
caudal de torpeza humana.
[…] …para los ríos y mares que
son dos o tres años, o seis… cuando ellos son milenarios.
Resurrección se adentra en un
mundo olvidado. Entre las paredes de la zozobra más fuerte en que la población de
Juanacatlan resiste. Una que se niega
abandonar el río que les dio tanto.
Finalmente un gesto humano parece
surgir de la espuma blanca que miente y ataca de manera silenciosa. Una sonrisa
aguarda al último pez que en su desesperación prefiere abandonar su hábitat aun
cuando en ello se le vaya la vida.
Los dos moriremos pero no morirás
solo.
Resurrección: una mirada fundamental.
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