miércoles, 26 de diciembre de 2018

ROMA



ROMA (2018)


(...) 1970


“-ya deja de cambiarle al radio, no vas a sintonizar La Pantera aquí”


(Escrito de memoria sin acudir a más fuente que el recuerdo y las imágenes acentuadas que se registraron a través de mis ojos)
Roma puede mirarse desde muchos ángulos, sin converger probablemente en ningún momento, toda vez que la cinta es un ejercicio íntimo de su creador, una obra inspirada en el diario ir y venir de una familia, de la mía , de la tuya, fluyendo en la propia corriente de una década de cambio.

Calles, sonidos e imágenes en un lento pero constante movimiento de fibras y figuras.
El agua que baña la loseta permanece por varios minutos frente a una cámara impasible, perturbando al impaciente, estresando a quien no comulga con la pausa y el silencio.
El propio tapiz en blanco y negro es un reto.
Ejercicio íntimo al fin.
ROMA es proeza hecha luces y sombras, es luz en la recreación de una ciudad viva del año 1970, es sombra enclavada en un jueves de corpus. 
Marco de una era que conecta con iconos y personajes vivos en el corazón y triste célebres en la memoria.
Y dentro de ella una historia digna en su propuesta, que centra en esa morena de rasgos indígenas la sabiduría y nobleza por encima de la brusquedad de una sociedad cambiante pletórica de ansiedad, urgida de vivir demasiado rápido.
Costumbres globales que de manera sútil trazan la frontera clasista en las salas de cine a la que se acude. 
De Bucareli a la marquesina del Metropolitan o el rostro cosmopolita del cine Las Américas en plena avenida insurgentes.
Ángulos diversos, sonidos que dividen.
Las pausas no van en contra de la intensidad del relato, un engaño, o quizá dos. La mujer como eje del cambio en los años 70, víctima de cualquier forma en un mundo que ya conoce su independencia. 
Es la reflexión sobre las profesionistas de las primeras facultades con derecho a ejercer, ante la ausencia del otrora jefe de familia.
Un cuadro nada accesible para ellas, limitadas por la presencia política que al final conduce y dicta.
De Luis Echeverría y su Partido de Estado, rígido como la montaña en la que se lee LEA Edo de México, o la barda que anuncia a uno más del arca, Carlos Hang González.
Mientras tanto la noble y maravillosa Cleo no alcanza a descifrar las palabras contundentes de la señora Sofía [..] y al final estamos solas! Solas¡ [...]. En ambos casos el punto de unión es el abandono. 
Sonidos que dividen, clases que van del ron al mezcal o al tepache. 
De los finos acordes de la opera rock Jesuscristo Superestrella de Lloyd Weber que gira en el tocadiscos de tremenda cabaña enclavada en el bosque, al inolvidable tema de Juan Gabriel no tengo dinero, con el cual Cleo finaliza su tareas en la azotea de la casa que parte en dos la esquina de Tepeji y Monterrey , en la Roma Norte.
Riqueza de una joven voz que entona espera un poco , un poquito más, también del agrado de una familia que se reúne entorno al programa Ensalada de Locos, único entretenimiento electrónico llamado televisión.
Costumbres del México que se fue y se llevó a tantos que fueron expuestos a las chimeneas humanas de una sala de cine, ó hechos de un México que prevalece en nuestras manos como las cajas de cereal de chocolate expuestas en la mesa.
Al final una mosaico de eventos que estimulan el ejercicio de reflexión sobre lo mucho que hemos cambiado y lo poco que hemos aprendido.
Es el diminuto Renault cobrando la factura de una Galaxy que en su tamaño evoca la extinción de los Mamuts, el relevo de nuevas especies.
ROMA es humanidad, es un temblor sobre incubadoras de un hospital en defensa de lo más preciado en nuestra sociedad..los niños. 
El centro de un relato que ata en el bello mar veracruzano corazones estrujados, extraña aventura sin padre, sin nombre.
Nunca ceder ante las olas del mar, la mejor defensa es estar unidos. Cloe y Sofía lo saben y enaltecen las diferencias para comprender que en el sendero sus caminos se encuentran irremediablemente unidos, nueva familia en ciernes.
Pilar sobre el que ROMA se erige, una obra que se construye y renueva en tu propia memoria.