lunes, 25 de junio de 2018

Isla de Perros.

Isla de perros. (2018) Wes Anderson

"..yo muerdo"

Estamos ante una obra maravillosa, una cinta de animación se alto calibre, de confección original.
La Isla de Perros es una fortaleza conformada por residuos tóxicos, basura plástica y orgánica a la que han sido condenados los perros diagnosticados con gripe canina, que extrañamente han sido todos; maquiavélico plan del mayor Kobayashi, dictador aparejado a los rostros de la tiranía cruel e injusta.
Son entonces las afables mascotas las víctimas del exterminio, destinados a permanecer el resto de sus días en la apartada isla en que la suerte es remota para sus nobles instintos.

Sin reconocer la validez de la vacuna desarrollada por el ministro de salud, profesor Watanabe , Kobayashi tiene asegurado un mundo sin perros, sin embargo su sobrino Atari decide ir en busca de su otrora mascota Spots.
Atari vierte en sus actos el linaje de la leyenda Samurai y logra llegar a la isla en la que conoce a un grupo de perros astutos que los escoltarán en su búsqueda.
Isla de Perros adquiere sus mejores formas en los diálogos que se tejen entre cada uno de estos personajes acompañados de un marco sonoro idóneo.

Los perros transmiten entonces sensaciones únicas, genuinas y profundas. Su percepción es realmente fascinante respecto a las peripecias que van sorteando.
El director Wes Anderson alcanza a diseñar una historia descomunal en la que los perros son ejecutores de planes y acciones en un firmamento triste y frágil.
Basta mirar las condiciones de podredumbre a la que son expuestos, la indiferencia..."qué demonios pasó con que son el mejor amigo del hombre".

Ironía encaminada a entender vía crítica aguda la reflexión respecto a la organización social, la traición y la mortífera separación de las razas

Extraordinaria! 





sábado, 16 de junio de 2018

El juego de mi vida, el fut.

El juego de mi vida.
1970-2018

Pelé se levanta por encima de los defensores italianos y conecta un certero cabezazo  a la esquina inferior izquierda de la portería.
El astro Brasileño es el Superman del futbol, deporte que descubrí de la mano del scratch du oro en nuestro primer mundial celebrado en 1970.
No estoy seguro si me impresionó mas la mítica jugada de Gordon Banks en el Jalisco, el brazo vendado de Bekenbauer o el monumental y fantástico Estadio Azteca lleno a toda su capacidad.
Es junio de 1970 y mi hermano y yo miramos la figura de juanito, la mascota no oficial que estaba estampada en el VW en que mi papás nos paseaban a lo largo de la avenida Insurgentes y Reforma adornada con luces  multicolores que honraban al Mundial México 70.
Comenzaba un amor eterno con el trofeo Jules Rimet que precisamente Brasil se llevaría a casa. Un amor incondicional con esta justa.
Alemania 74 y los primeros cuadernos de la primaria con forro mundialista, Cruyff y el naranja imperdible de una máquina que impuso un estilo  recordado hasta nuestros días. El fútbol total.
Pero sin duda fue en Argentina 78 en donde la memoria comenzaría a curtirse con letras de oro. Kempes , Fillol, Ardiles , Gallego...pedazo de equipo que logró transmitirnos por vez primera el estigma del balón pié sudamericano. 
De los líos políticos y de Videla no había cabida en la niñez, afortunadamente.
Fue también en Argentina donde conocimos la derrota y tristeza, la realidad.
México no era futbolísticamente lo que muchos nos habían querido vender. 
Son históricas las derrotas de aquel mundial. 
Pero en todo ocaso existen recuerdos y no todos son bloqueados. Con el Argentina 78 afianzamos mas el gusto por este deporte. 
Algún día - pensamos- Alfredo Tena podría levantar la copa en el Azteca como lo hizo Daniel Pasarela en el Monumental de River aquel 25 de junio. La niñez juega con la imaginación a grados superlativos.
España 82 sin Mexico fue el resultado de mucho de lo que habíamos dejado de hacer en 1978.
De igual forma nos dimos cuenta que Brasil era terrenal y pese a tener una joya digna de los tricampeones con Zico, Socrates, Eder, Falcao y Cerezo, fue eliminado por el futuro campeón del mundo.
El futbol no tenía palabra de honor para Brasil y Alemania ni tampoco edad para el italiano Dino Zoff.

Esta vez el VW no es manejado por mis padres, sino por mi hermano.
La calcomanía de juanito es un pergamino del pasado, no así pique.
Han pasado 16 años y estamos de vuelta en el Estadio Azteca. 
Una selección mexicana fuerte y sólida con elementos extraídos de la noble Universidad Nacional, amalgamada con estandartes de otros grandes equipos mexicanos de los 70 y 80 , un abuelo de la sultana y el goleador del Real Madrid para cerrar la llave de Bora.
Sí Pelé había sido el icono del Azteca en el 70, la segunda fuerza del continente tenía planes para este segundo mundial y colocó en la grama del Azteca a Diego Armando Maradona.
Lo que Pelé hacía con dos piernas y la cabeza, Diego lo hacía con una pierna...y... la mano.
Célebres goles entre los que sobresale el de Manuel Negrete y el mismo Maradona en ese encuentro frente a Inglaterra , de líos políticos había cabida para la juventud.
Un Mundial muy especial sin duda, con un país reverdeciendo de un terrible sismo reciente. Amado por siemrpe.
Italia 90 también sin México, una generación perdida por la trampa de unos irresponsables.
El llanto de Maradona y el marcaje de Codesal.
Alemania desde el 74 era una especie de invitado incómodo que por alguna razón no había trascendido hasta la copa FIFA.
Pero en Italia las cosas fueron diferentes y con el 10 en la espalda,  Matthäus mantenía su paso hacía el impensable quinto mundial que hasta entonces seguía ostentando el gran Antonio Carbajal. Y de paso adquiría el tricampeonato de los teutones. 
Revolucionado balón que giraba entonces hacia un país que jamás pensamos ver portar banderas de futbol soccer por sobre las de NFL.
Pero sí, USA 1994 lo confirmaba.
Mundial que regresaría la gloria a Brasil.
Dunga levantaría la copa para la verde amarela "tan solo" veinte años después.
Mundial que regresaría a México una digna representación, nuestra mejor selección a la fecha.

Seis campeones intercambiándose la copa desde 1930, Uruguay, Italia, Alemania, Brasil, Inglaterra, Argentina y va de vuelta...

Finalmente un cuadro galo plagado de genios rompería la hegemonía.
Comandados por Zidane, L'France del inolvidable Platini alcanzaba el peldaño mas alto por vez primera. 
Fue en Francia 1998.

El balón caprichoso decidió entonces que era  tiempo se salir de paseo hacia otros continentes. ¿Porque no Asia? ¿Porque no dos paises?
Corea Japón la respuesta.
Ah, pero aún fuera de los tradicionales terrenos Brasil se erigiría campeón.
La figura de Pelé y Garrincha trascendería fronteras en la imaginación de los millones que miraron a Ronaldo, Ronaldinho, Cafú, Roberto Carlos, Rivaldo...
Por quinta ocasión el "jugo bonito" mandaba.
Y va de nuevo.
El viejo rival de Brasil en el México 70 apresuraría el paso y se acercaría a su némesis.
Francia y el cabezazo de Zidane arrebatarían la copa a Francia, e Italia comandada por el central Fabio Cannavaro registraría en las portadas de todo el mundo la hazaña.
Una mala pasada para el anfitrión Alemania en el 2006 que no pudo replicar su 74.

América aun no.
Una escala para el nuevo Mundial en el continente mas alejado de la mente y del corazón de la civilización.

Africa , Sudáfrica., 2010.

Pero esta vez un nuevo invitado se agregaría a la lista hegemónica. Uno que sorprendería con un romance castellano inédito desde 1978. Uno que habla la lengua mas hermosa de todos los tiempos.
Un sabio en la banca y un genio en el cancha.
Del Bosque trazó el camino e Iniesta los condujo con pulcritud, con la esencia del entonces mejor equipo del planeta, Barcelona.
Un arma perfectamente aceitada en el momento justo.
España, campeón.

En 1950 un pequeño llamado Edson Arantes do Nacimento vio a su padre llorar frente a la radio. Brasil estaba cayendo en su propio Maracaná frente Uruguay 1-2 y dejaba colapsado a todo el país. 
La tragedia del Maracaná esbozaba en aquel niño un dejo de revancha.
En 1958 este jovencito le regalaba a su padre el título caído de aquel 1950, son tan solo 17 años. Es Pelé.

Sesenta (y cuatro) años después el mundial regresaba a Brasil con la expectativa de restaurarle a sus muertos la gracia de un campeonato mundial.
Pelé debe estar observando.
Pero nuevamente no pudo ser, y por increíble que parezca otra vez un velo negro estaba por cegar la luz de millones de cariocas.
Y Alemania, la eterna Alemania sería el invitado incómodo.
Dulce venganza de lo ocurrido en Corea.
Mineirau peotegió a Maracaná y se comió los 7 goles de la espeluznante noche.
Ante 74 mil decepcionados brasileños, Alemania posteriormente dio cuenta del otro titán americano, Argentina, para robarle un título al mejor jugador del mundo, Messi.

Y con esa imagen de Lionel y su mirada perdida sobre el codiciado trofeo han pasado cuatro años.

Rusia es un enigma desde los tiempos de la URRS, una fría guarida de historias y pasajes de rostro adusto. 
Una tierra extraña y alejada de nuestra coridianidad.

El balón es caprichoso...ya lo sabemos.

A vivirlo! 




















sábado, 2 de junio de 2018

Deadpool 2

Deadpool 2. (2018) . David Leicht

"...listo para ver a mamá Coco"

Probablemente no exista en el orbe de Marvel un personaje mas atroz que Deadpool.

Capaz de mezclar elementos asimétricos con  acidez, crudeza y humor.
Un genio de la improvisación que se burla con los brazos abiertos del acontecer cotidiano, de la muerte a la que mira con familiaridad, de los rasgos físicos de unos y otros, de absolutamente todo.
Pedazo de héroe que despedaza guiones para no darte respiro en ninguna línea.
Deadpool es una afrenta a lo refinado, serio y solemne.
Capaz de prenderse fuego y esparcir piezas de su cuerpo en todas direcciones, se discrimina a si mismo y apabulla a sus semejantes con inteligencia bruta.
El trazo de la historia jala para todos lados, referencias a la cinta origen de 2016 - a la que sin superar libra- y puntales musicales idóneos desde Dolly Parton hasta AC/DC , lo que enmarca la cualidad única de bordar sin reglas.
Deadpool parece edificarse sobre ocurrencias, improvisaciones sin perder consistencia y línea, con personajes dañados para el mundo imperfecto sobre el que se mueven. 
Hilarante en muchos cuadros capaces de detonar aversión o éxtasis!. De ese tamaño es el delirante personaje que hace ver a Spiderman como un alumno de kindergarden.
Mención especial para la fantástica Domino, amor a primera vista con tan solo percibir su actitud, Cable en franca reverencia a Terminator y desde luego Firefist centro crucial de la historia.
En vertical muchas frases y secuencias absurdas que por imposible que parezca cobran sentido...en la mente de Deadpool.

Joya en putrefacción!