sábado, 27 de octubre de 2012

Marillion. El Plaza Condesa, México D.F. 27 de Octubre de 2012.

El último concierto de la gira Sudamericana de Marillion tendría lugar en El Plaza Condesa de la Ciudad de México.



 No había duda de la calidad de concierto que nos esperaba, sin embargo tras el pedazo de concierto de la noche anterior en el Metropolitan, pocos seguramente esperábamos que Marillion se reinventara en tan pocas horas y de tal forma.


El as bajo la manga estaba para muchos cantado y así resultó. Finalmente Marillion interpretó Easter, que se había quedado en el tintero en el Met, al cierre de la velada de esta noche. Pero nadie esperaba que se interpretara el espectacular The Strange Engine, así como Afraid of Sunlight, las piezas que se agregaron junto con Easter de manera estelar al concierto.


La acústica en El Plaza impecable aun cuando las dimensiones del escenario parecían quedarle por momentos limitadas a Steve Hogarth, pero sin pretexto para mantener a la audiencia en franco delirio.


La presencia de los nuevo temas de la noche revelaron a un Marillion contemporáneo y dinámico, ligeramente pronunciado en mayor medida a la era SH y dejando sólo en manos de Misplaced Childhood la era Fish en el que por siempre será un momento estelar para Kayleigh y Lavender.


Se estableció al igual que la noche anterior, la reveladora muestra de la capacidad de la banda en temas que no habían sido escuchados en vivo nunca por sus fans, que alcanzan a los más clásicos en esencia, materia y alma.


Con Neverland Marillion puso punto final a esta gira y a dos conciertos que dejaron satisfechos a sus seguidores y a quienes por primera vez los escuchaban y se enteraban de ellos.


Una de las mejores bandas que hoy día deben ser vistas en vivo. Ojalá no tarden tanto en regresar.

Fotos: Intsagram y AC
Txt: AC

viernes, 26 de octubre de 2012

Marillion. Teatro Metropolitan, México D.F. 26 de Octubre de 2012.

Ocho largo años pasaron para volver a ver a Marillion en concierto en la ciudad de México.

La legendaria banda británica, celebra 30 años de trayectoria trayendo bajo el brazo su última grabación “ Sounds that can´t be made” y recorriendo parte de Sudamérica tocando finalmente México.

La importancia de Marillion para el Rock es incuestionable, como parte fundamental en los años en que la mayoría de las joyas británicas le dieron la espalda a una de las raíces más celebradas del Rock en los 70’s, el Rock Progresivo; Marillion detectó con perfección las razones que llevaron a declive de dicha corriente, ajustó motores y mantuvo a flote el Rock Arte.


Con dos eras a sus espaldas , la primera junto a su primera voz el legendario Fish, colocándose como la propuesta intacta y revolucionada de lo que había sido Genesis en su primeros años , para posteriormente saberse adaptar a los nuevo tiempos de la mano de Steve Hoghart, actual garganta de la agrupación.

En ambos mundos fabricando música de altísima calidad, en ocasiones con octanajes de mayor densidad y en otros dejando el experimento de lado para dar paso a temas más comerciales, pero en toda etapa escupiendo virtuosismo a manos llenas.

Por ello se colmó el Teatro Metropolitan. Seguidores de ambos mundos respetando cada era como el que reconoce que sin un principio no habría futuro, pero al mismo tiempo consciente de que el pasado se diluye si no se evoluciona. Y Marillion esa palabra la conjuga de manera brillante.

El concierto de esta noche es muy probablemente el mejor que ha dado la banda incluso superior a la primera noche que los vimos hace ya 20 años, en Julio con un recién integrado Steve Hoghart como parte de la banda. A dos décadas el inicio del concierto fue el mismo, son Splintering Heart y Cover my Eyes, trayendo de inmediato a nuestra memoria la fantástica noche de 1992. Esta vez con un SH convertido en un majestuoso líder de escena, rompiendo en pedazos cualquier duda – si acaso alguien dudaba- de su capacidad como histrión moderno. Brutal ¡!!


La banda prosiguió con temas de ambos mundos, en su mayoría del mundo reciente de SH pero desde luego asomándose a la vieja era con temas de sus primeros discos; Slainte Mhath nos transportó al sonido más puro del incipiente camino llegando al punto más alto en su Misplaced Childhood Era con Kayleigh y Lavender.


Alrededor de ellas Marillion mantuvo la lírica expuesta con dos espectaculares momentos que alcanzaron a rozar el domo de su virtuosismo, con King y Neverland, dos tremendas obras. Junto con The Invisible Man temas que nos reencontraron con la era conceptual que no todos habíamos apreciado en el momento de su concepción original, en mucho por la ausencia de la banda durante tantos años de México. Hoy sin embargo se rescatan temas que confirman lo adelantado que ha estado Marillion a su tiempo en muchos momentos de su historia.

No One Can y Beautiful, el equilibrio perfecto en armonías. Dos temas del nuevo disco que manifiestan el avance constante en arreglos, composición y ejecución. Los sonidos de la guitarra de Steve Rothery parecen no agotarse jamás. La base rítmica de Mosley y Trewavas rompe en circuitos que Mark Kelly va amalgamando a la perfección. Estamos frente a un grupo fuera de serie.


La noche se diluye, Marillion se retira con Garden Party, obra progresiva que recuerda los años en que el quinteto apostaba por mantener el mito de sus antecesores YES, King Crimson y Genesis , hoy literalmente sobrepasado por su propia capacidad escénica.


 
Fotos Concierto : Fernando Aceves
Txt. AC

 

jueves, 25 de octubre de 2012

Marillion. Bonito Pop Food-Condesa- México D.F. 25 de Octubre 2012.

"No formamos Marillion para que la gente nos ponga en una caja y nos llame progresivos…simplemente somos Marillion y punto" Revista Sonido México Febrero.1984

La experiencia que vivimos esta noche se quedará indeleble en nuestras mentes y corazones, una velada de ensueño en la que pudimos compartir con amigos el sentimiento de una banda expuesto tal cual es, genuino y noble.



A más de 30 años- poca cosa- de la edición del concepto Misplaced Childhood, Marillion se ha convertido en una banda muy especial para muchos de nosotros, logrando cautivarnos en cada uno de los certeros momentos que se traducen en sus grabaciones.


Esta noche esas tres décadas se nos vinieron encima y desgranaron notas de manera precisa y afirmaron y sobrepasaron expectativas.



Set acústico el que presentó esta noche la banda de manera inusual y con antecedentes difícilmente localizables en lo que se refiere a conciertos de rock en nuestra ciudad. No es de extrañarse, Marillion es una banda poco inusual en los terrenos del rock.


Cover my Eyes abrió las acciones sonoras con Steve Hogarth al mando de los teclados y reveló que está en plena forma a nivel vocal pese a los comentarios realizados por los hermanos de Venezuela en el sentido de que estaba perdiendo peso específico por el trayecto desde Sudamérica. Hogarth preciso en escalas y tiempos daba la bienvenida a cada uno de los integrantes sin dar tregua a quienes no dábamos crédito de tener enfrente una banda de tales proporciones, “como en la sala de nuestra casa”.


Sugar Mice daba la bienvenida a Steve Rothery, un genio escondido detrás del talento fuera de lo común que posee. Junto con Pete Trewavas al bajo, alcanzando niveles fantásticos en cada nota. Con la guitarra acústica en su máxima expresión y con la presencia del tecladista Mark Kelly, Easter mostró los tamaños de la que en lo personal considero es la melodía más bella que han creado en toda su historia.


Runaway para mi sorpresa se asomó para recordarnos que Marillion es tan poderoso en lo acústico que bañado en lo eléctrico, sonó fantástico este tema. Con el legendario Ian Mosley en las percusiones, Man of a Thousand Faces y Eighty Days, mostraron perfecto equilibrio de melodía  clase británica, que convierte un tema comercial en arte.


Una noche especial a la que no le va de ninguna manera el calificativo de previo a lo que será el concierto del día de mañana en el teatro Metropolitan. El quinteto montó esta noche una concierto íntimo que por si sólo resistirá los embates del tiempo en nuestra memoria.


Salve Marillion…


Agradecimento especial a Conrado Zuckermann, sin quien esta noche nunca se hubiera materializado en nuestra memoria cósmica.

Fotos : Rogelio M..



Texto: Alberto E Castillo

martes, 23 de octubre de 2012

G3. Teatro Metropolitan. 23 de Octubre de 2012.

El bellísimo Teatro Metropolitan se extinguía entre luces mezcla de ráfagas de viento provenientes de las cuerdas de 3 maestros de la guitarra, encabezados por un mago que desde hace muchos año ha trascendido como un mesías de tiempos inmemoriales.




Es Joe Satriani y su concepto que da cabida a una noche de arte hecha por momentos de metal y por otras ondas progresivas extraídas del fondo de su alma. Satriani nos es Dios porque aun viven Clapton y Beck, y según las viejas costumbres “Rafael, el alumno de Miguel Angel y Leonardo” espera el nombramiento que para muchos ya lo tiene. Joe es capaz de tocar las fibras más sensibles de tu organismo para romperte en miles de piezas perfectas que no querrás materializar más allá de tu mente.

Dos artistas del renacimiento musical lo acompañan.

Uno de ellos dirige desde hace tiempo el destino de uno de los mastodontes del Metal más finos que haya dado la tierra, John Petrucci y su Dream Theater. Su fuerza descomunal parece derretir las estatuas que enmarcan el escenario del Met. Brutal ¡ Un lujo.

Años antes de Satriani y a Petrucci existió un profeta llamado Steve Lukather. Recorrió leguas para finalmente fundar su proyecto: ToTo. Iluminó con su capacidad técnica y creativa a miles de artistas que al final del camino sabían que “no hay nadie mejor que Steve...”


Tres joyas del pentagrama perfectamente balanceadas en una noche en que la lógica fue supeditada a la improvisación de 3G..enios!!



Apabullante!!!



 

lunes, 1 de octubre de 2012

KISS. Arena Monterrey. 1 de Octubre de 2012.




Como platillo metalero único y principal – sin Mötley Crüe- KISS lució poderoso en Monterrey.

 El estar arropado por una Arena le sienta mejor a KISS en estos momentos dado que su potencial musical está mejor dotado que en cualquier momento de su vida. 

Los cuatro jinetes del apocalipsis tocan  mejor en vivo cada hora que los contempla y por ello verlos entre domos revienta de mejor forma los tímpanos.


KISS colocó más parque al set list y su escenario en magnitudes exactas permitió apreciar de mejor forma todas y cada una de las columnas que soportan el espectáculo más grande del rock.