domingo, 10 de diciembre de 2023

KISS NYC 2023 END

 KISS

End of the Road

1 y 2 de diciembre 2023

Madison Square Garden 



New York City

“Una noche de 1972 cuando era taxista una pareja me pidió llevarlos al Madison Square Garden para ver a Elvis Presley, en ese momento pensé, algún día alguien vendrá a verme a mí a este lugar¨  Paul Stanley


El anuncio

El primero de marzo de este año Paul Stanley y Gene Simmons anunciaron en The Howard Stern Show vía You Tube los últimos conciertos de KISS. “Serán el 1 y 2 de diciembre, en el lugar en el que iniciamos, a tan sólo diez cuadras del viejo departamento en el que ensayamos por vez primera , serán en el Madison Square Garden de Nueva York”


Aún cuando KISS anuncia desde el 2019 el final de finales, cierto es que entre la pandemia y algunas ligeras interrupciones naturales de una gira de tal envergadura, realmente mundial, no se había podido indicar el día y la hora de la explosión final.

El vínculo entre Nueva York y KISS es aún más legendario que la misma banda, o por lo menos así lo fue y lo será para quienes iniciamos el camino junto a ellos en  los años finales 70.


Todo comenzó en Manhattan y sus suburbios, en la 23 st, de Manhattan, tocan eventualmente en un pequeño club de Queens llamado The Coventry y se desplazan de igual forma a Amityville Long Island para seguir afinando sus armas en otro club llamado The Daisy, para finalmente en sus años de gloria establecer su centro de operaciones Aucoin Management, INC, en un flamante rascacielos de la Madison avenue, New York, NY10022, así inscrita  en cada uno de sus discos setenteros.




Las primeras entrevistas que leímos en la revista Conecte tenían como corresponsal en la Urbe de Hierro al inolvidable Wilson Aguilar.

Una de ellas en particular detalla con precisión la llegada de Aguilar al edificio en el que se encontraban las oficinas de Aucoin, detallando de manera muy atractiva su experiencia frente a un Gene Simmons despojado de armaduras. 


Este vínculo es perfectamente retratado en la fotografía en la que KISS aparece en el observatorio del Empire State Building en 1976, obra de Barry Levine, desde la que se observa claramente la M del Hotel Milford Plaza, hacia la octava avenida.


Imposible pensar en un final que no fuese en la gran manzana.


Un año antes (Hell and Heaven), nuestro End of the Road


La relación con KISS contada desde México será siempre especial y muy diferente a la de cualquier fan estadounidense. Los canales de acceso hacia la banda, el material disponible, las restricciones sociales hacia el rock, forjaron con lumbre a cada uno de los entonces niños que seguimos con vehemencia y férrea voluntad a la banda. Algunos adolescentes - no todos- ya graduados hacia estratosferas musicales (YES, genesis, Floyd) despreciaron a KISS y lo comenzaban a considerar un terrible accidente dentro del rock.

Mi mayor enfrentamiento fue con (les digo el nombre después que lo revise en mis anuarios), cuando este compañero  tiró  al suelo mi libro de Biología al que le había colocado una foto de Peter Criss. Si, se armaron los guamazos a la salida. 

De cualquier forma y con el apoyo de nuestros padres los cuatro rostros pintados y sin pintar adornaron por años las paredes de nuestros cuartos. Fuimos afortunados de  tener amigos entrañables que gustaban de la banda, así como revistas, programas de televisión y lo más importante, todos los discos publicados en México.


México fue un mercado leal para los representados por

Por ello pienso que México merecía algo más que ver el último concierto de KISS en los alejados terrenos del Foro Pegaso como parte de un digno festival, aunque por la propia logística del evento complicado para la asistencia de muchos de sus fans.


La noche fría del 4 de diciembre de 2022 en los alrededores de Toluca se convierte entonces en la última de once visitas que realizó KISS a la nación, una de ellas sólo en plan promocional por allá de 1981, cuando llegaron hasta las faldas del Ajusco para ser entrevistados por Jimmy Fortson.





En la memoria este fue el concierto End of the Road para una de las hordas de fans más grandiosas de la historia, la mexicana.


Nueva York 2023



Que rápido corre el tiempo.

Parece que fue ayer cuando miramos el póster de la película KISS en el Infierno del Rock en el cine El Dorado 70 de Plaza Universidad, acompañados por tía Ma Esther para ver por primera vez a estos personajes de cómic portando sus instrumentos.


De ahí mi padre lleva a casa los primeros discos de la banda, tres piezas de 45 rpm listas para detonar los primeros temas que serán reproducidos por el modular Gradiente.


Más de cuarenta años de memorias van a recorrer mi mente en los próximos días previos a las noches del 1 y 2 de diciembre cuando veremos a KISS por última vez. Mi hermano y mi sobrino se han encargado del boletaje para las dos noches, con la novedad de que en una de ellas estará presente mi madre. 

Finalmente siendo la 1:00 am del miércoles 29 de noviembre despegó de la ciudad de México para volar hacia la entrañable Nueva York.

De todos los pensamientos uno sobresale, es mi padre y su presencia a mi lado siempre.

Mientras voy volando escucho canciones que disfrutamos juntos en 1977 año que él visitó la gran manzana y nos transmitió su espectacular encuentro con las calles y edificios de esta ciudad.

A partir de ese año comenzamos a amar a Nueva York..

Superman




King Kong, Batman, cintas como Escape de Nueva York, Vengador Anónimo me recuerdan una niñez plena y emotiva.








El vuelo de AA aterriza en punto de las 7 am en el aeropuerto John F. Kennedy. 

El frío se siente en el ambiente, menos 1 grado al cruzar las puertas de migración mientras camino hacia el metro que me lleva a la estación Penn Station precisamente debajo de la arena de espectáculos más memorable de todos los tiempos. Madison Square Garden, en la que en mi imaginación pelearon alguna vez en 1978 Muhammad Alí vs Superman.



Salgo finalmente a la acera mientras miro el Empire State para tomar algunas primeras fotos del viaje. La idea es subir en los próximos días para re descubrir la experiencia de subir 86 pisos que hace 90 años escaló Kong, así como recrear la fotografía de Barry Levine para KISS en 1976.


Los días previos a los conciertos nos permitieron recapitular la experiencia de estar caminando por las mismas calles que Paul Stanley y Gene Simmons transitaron en 1972  mientras daban forma al concepto de una banda diferente, algo que ellos mismos siempre quisieron ver sobre un escenario.



Algunos taxis llevan pintado en su totalidad el póster End of the Road, así como paneles electrónicos del inefable Subway neoyorquino muestran alusiones a las últimas dos noches. Algunos vagones de igual forma presentan anuncios alusivos a los conciertos sin que ello me impida pensar en la escena del último Guasón o la de Charles Bronson tirando bala, con marco sonoro de las ruedas de metal chillando contra los rieles.


Es Nueva York, la tierra de KISS por lo que vale la pena caminar hacia los estudios Electric Lady de vital importancia en los años setenta para la grabación de piezas fundamentales de la historia del grupo.


fue grabado, Dynasty fue hecho ahí. Alive fue remezclado ahí.

La invasión de la KISS ARMY comienza a observarse en las calles , enarbolada por copias promocionales que el New York Post colocó de portada en sus ejemplares diarios. 


KISS TAKES OVER NEW YORK CITY se lee en uno de ellos.

El metro lanzó sus tarjetas MetroCard conmemorativas con la imagen de la banda, que afortunadamente mi sobrino consiguió en una de las máquinas expendedoras de la 34 st.

Mientras hago una pausa en fugaz visita a Filadelfia mi ejército familiar se queda al mando de los controles de esta fiesta KISS ARMY en que se ha convertido Manhattan.


A mi regreso mientras estoy comiendo una pizza en la estación de trenes de la misma Penn Station con viejos temas de KISS sonando, mi hermano me whatsappea para informarme que KISS estará presente en Times Square para firmar relojes en una de las sucursales de la firma  SWATCH. 

Con pizza y coca cola en mano tomó el tren hacia la calle 42, una de las ramificaciones neurológicas de Broadway, para salir y encontrarme con el ejército familiar (encabezado por mi madre desde luego)  que ya lleva más de una hora haciendo fila en espera de los KISS. 

A unas cuadras KISS fue invitado a encender las luces del Empire State, y rehacer la foto de Levine esta vez sin maquillaje en el observatorio. Así mismo las luces quedan sincronizadas al ritmo de Rock and Roll all Night.

Mientras esperamos frente a las pantallas mastodónticas de Times Square, la cadena que transmitirá  el PPV del último concierto nos hace cantar frente a cámaras. 

Somos niños nuevamente frente a las portadas de Rock and Roll Over o Destroyer cantando a todo pulmón Black Diamond. Soñando despiertos mientras miramos en retrospectiva  los especiales de Conecte o Sonido. 

Finalmente llega KISS a la SWATCH y los fans comenzamos a llamarlos.

Saludan y aun cuando no hubo firma, logramos verlos y de alguna manera rendir un tributo interno a la era sin maquillaje. Yo no veía a Paul, a Gene y Eric sin maquillaje desde aquella primera visita a México en 1994. 

Todos parecemos locutores de La Pantera en 1981 perdiendo el juicio, para finalmente despedir a la banda. 

La última noche antes de los conciertos, imposible conciliar el sueño.


KISS EN CONCIERTO 


La mañana del 1 de diciembre me levanté temprano -muy temprano- para tomar curso hacia las esquina que forman las calles 23 st y 8va. 

Le pedí a una auxiliar de tránsito me tomara una foto para replicar la portada del tercer disco Dressed to Kill, tomada en esa esquina en octubre de 1974.

Room Service y Getaway suenan junto al rasgueo de la guitarra de Rock Bottom. 





Todo resultó de maravilla salvo que me equivoqué en la pierna que debí colocar en el poste del semáforo. Coloqué mi pierna derecha ,cuando Ace Frehley colocó la izquierda originalmente.


De retorno al encuentro del ejército familiar me obsequian el ejemplar del NY Post KISS 1973-2023 New York City, Final Two Shows start tonight. Madison Square Garden.



Los nervios comienzan a recorrer el sistema sanguíneo, neural, óseo , todos!


Caminando por la quinta avenida junto a mi sobrino nos dirigimos al Empire State, en mi cerebro desquiciado y fantasioso, el único par posible de la Mona Lisa en París, de visita obligada. 

Llueve un poco pero eso no importa.

Tomamos el elevador que reconstruye en su parte superior en una pantalla  la construcción del edificio más famoso del planeta inaugurado en mayo de 1931.

En su planta 82 una magnífica puesta imaginaria de los pisos aún en construcción en el que pareces estar expuesto al horizonte mientras los trabajadores se juegan la vida en medio de los andamios.


Finalmente llegamos al piso 86 para salir al observatorio. La lluvia ha cesado y nos permite recrear la foto de Barry Levine tomada en el 76.

El horizonte ha sido modificado por edificios construidos en el último medio siglo.





Ya no se puede observar la M del Milford Plaza. No importa, ahí estuvo KISS y ahí estamos nuevamente nosotros.


Las horas avanzan y el reloj nos acerca al primero de los dos últimos conciertos.

Los alrededores del Madison parecen un templo de los años 70.

Grupos de fans maquillados, familias, parejas, niños, adolescentes, las pequeñas  calandrias como las que te  que te llevan del estacionamiento del autódromo al Foro Sol con algunos ciclistas maquillados son parte del decorado de la 7 avenida,  mientras suena New York Groove o la conocidísima I Was Made for lovin You en su cabina interior.


La alineación del ejército familiar para esta noche al interior de la arena será la siguiente siguiente.

Mi hermano y mi sobrino en pista general, mi madre y yo en sección B y mi cuñada muy cerca de nosotros también en sección B de frente al escenario que pisará por última vez KISS para muchos de los presentes.

Mi padre en el mejor lugar de todos, en los cielos junto a Eric Carr y Mark St John.   

Ingresamos y la fiesta está con todo en el interior del Madison, atiborrados los puntos de venta, la mercadotecnia caliente para quien quiere llevarse en vivo las piezas de colección del show en su última edición. 

El hijo de Paul Stanley, Evan y su banda Amber Wild entrándole con buenos riffs a la noche de nostalgia de su papá. Digno abridor. 

A las 9 de la noche comienza a sonar Rock and Roll de Led Zeppelin, mientras la manta negra con el logo del grupo amenaza estar cerca de caer por penúltima ocasión y dar paso a las cuatro figuras apocalípticas del rock.

Se escucha el anuncio único e inigualable de la historia del rock You want the Best,  you got the Best…the Hottest Band in the World…KISS!!




Debates interminables del pasado,  presente y futuro  podrán referirse al set list que Paul y Gene eligieron para esta última gira, lo cierto es que pocos o nadie podrá negar que Detroit Rock City es al final el tema apertura ideal de la banda. Si bien Deuce tiene un fuerte significado para quienes crecimos a partir del Alive o vivimos en carne propia la Reunion Tour, Detroit y su conexión directa con Alive II y Destroyer representan el pináculo de su historia en todos sentidos.

De ahí para adelante habrá una o dos que podrían haber salido del script pero nada que afectará el historial  para una banda que trazó a lo largo de 50 años un soundtrack de vida para millones de seres humanos.


Finalmente los momentos claves del show de shows, como se le llamó a sus conciertos en los años 70, estuvieron ahí.

Con sólo dos temas de la era sin maquillaje, Lick it Up y Heavens on Fire, el punto es claro respecto al poderío de los años en los que KISS dominaba al mundo. y esos fueron los maravillosos setentas.

Los grandes discos estuvieron dignamente representados, Eric Carr, Bruce Kulick , Vinnie Vincent y Mark St John de igual forma honrados musicalmente, y aun sin ser mencionados, Ace Frehley y Peter Criss viven eternamente en nuestros corazones.

Finalmente mi madre pudo observar al grupo que le cambió la vida a sus hijos, una banda que le hizo recordar tantos momentos de nuestra infancia y adolescencia.

Al  igual que la mamá de Gene Simmons  en aquellas presentaciones en grises de 1973,a mi madre le encantó el show. 

“Prepárate que va a echar lumbre”, le advertía para que no perdiera detalle mientras suena esa maravilla llamada I Love it Loud, como si se tratará de una de esas películas de acción y suspenso. Con God of Thunder su rostro mostraba la sorpresa de quien mira los Telepatas de Cronenberg o el Exorcista de Friedkin por primera vez. 

Lo disfrutamos mucho y fue algo que recordaré toda mi vida.

Gracias por estar mom


Mientras tanto en pista mi hermano y su hijo miraban atentamente a Paul Stanley volar hacia ellos mientras Love Gun y I Was Made for Lovin You se enfilan hacia el primer final.




Tras las explosiones finales de la primera noche terminamos en un Mc Donald y la cita del especial Conecte editado por José Luis Pluma vino a mi mente.

 KISS personas comunes o estrellas inalcanzables.

A dormir.

La mañana del 2 de diciembre tomé la línea 3 para irme directamente hasta la 72 av y rendir tributo a uno de los grandes músicos que inspiraron a KISS y a muchas otras generaciones, John Lennon.

Estar frente al Edificio Dakota en diciembre es una sensación única y cada quien la asimila de forma personal. Para mí es estar en un lugar en el que Lennon edificó historias y reforzó ideales de paz en la humanidad. Su paso por esta ciudad quedó inmortalizado en el Strawberry Field de su querido Central Park. Imagine John !!




Decido caminar desde la 52 por  la octava avenida  teniendo como objetivo el Madison Square Garden. 

En mi paso hay muchas tiendas que me recuerdan las escenas filmadas por mi padre en 1977 con su cámara formato Super 8, los taxis amarillos, y un sin fin de locales que en los años setentas era reflejo de las zonas de tolerancia, conejitas playboy y productos de contenido C.




Suenan en mis audífonos Donna Summer, Leo Sayer, Tavares, T Connection, Manilow con la inseparable NY City Rhythm, The Tramps con su Disco Inferno, pizzerias, un McDonalds, paisajes de una época en que Papa was a Rolling Stone y Ma Baker de BoneyM sonaban por todos lados .


De milagro no se me acampanaron los pantalones y se ensortijó mi cabello en esta soberbia travesía.

Con Strutter 78 y New York Groove llego a mi destino.


Encuentro la 44 av y, apunto hacia arriba buscando la M del Mildford Plaza - hotel en el que se hospedó mi padre en aquellos gloriosos años de 70- pero ha dejado de existir. 


El ahora llamado Hotel Row retiró la letra que por años fue pieza del horizonte neoyorquino, nostalgia perdida que se mantendrá eterna en el póster que se encuentra enmarcado en mi gimnasio.








Antes de ingresar al metro el diario The New York Times me mira y le recuerdo que finalmente en junio de 1977 lo aceptaron en la primera nota dedicada a KISS, una atrocidad llamada KISS.


La línea A me permite encontrarme con el ejército familiar en lo que será una última escala en el suburbio que vio nacer a mi máximo ídolo musical, quien hizo que me sentará eternamente en una batería. Peter Criss.

Junto al ejército familiar hicimos una escala previa al último gran concierto en el suburbio que vio nacer a mi máximo ídolo musical, quien hizo que me sentará eternamente en una batería, Peter Criss.

Brooklyn, mientras escucho el disco solista del Gato grabado en 1978.

Grandes memorias de la Discoteca Hits de la Colonia del Valle en el que adquirimos esos discos solistas que tanto nos gustaron. Era increíble llegar y verlos  aunque un poco decepcionante no poderlos comprar de inmediato. 

Tuve que esperar como un año, para  finalmente en mi cumple 14 tenerlos formados en casa.

Una de tantas y tantas memorias mientras recorremos el barrio en el que Sergio Leone inmortalizó el Puente Manhattan para la cinta



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KISS CONCERT TONIGHT 


De regreso en el Ferry a Manhattan, imponente la One World Trade Center, pero siempre extrañaré a mis Torres gemelas. Desde el mismo ángulo capturo  la misma foto que grabé en 1996






Hago una escala en el Hotel mientras parte del ejército se prepara para ir a una obra de teatro en Broadway.

Mi vuelo a México va a salir a las 5 am del domingo, prácticamente con el aroma de los últimos fuegos artificiales que la banda va a detonar en su historia humeando aún en mi playera. 

Mientras me colocó la misma playera con las que los vi en México en 1994 y en Nueva York en 1996, mostrando de frente sin maquillaje a Paul, Gene, Bruce y Eric Singer, y por detrás a Paul, Gene, Ace y Eric Carr - la noche anterior porté la de la  Reunion tour mostrando a los 4 miembros originales- escucho la trilogía de mi vida compuesta por Dynasty, Unmasked y The Elder 

Ingreso a la  la línea 3 en la estación  Wall Street para bajar en la estación eje del viaje , Penn Station, debajo de la mítica arena, a dos cuadras del vigilante Empire State.

La alineación para esta noche debe ser la original, The Originals! 

Mi hermano y yo en sección B en la misma posición en la  que vimos por vez primera a Paul, Gene, Ace y Peter el 25 de julio de 1996 y el heredero en pista.

Con la misma  intensidad del 8 de septiembre de 1994 cuando en un Palacio de los Deportes con poco más de tres cuartos de aforo vimos a un KISS mortal sin armaduras y un logo a media luz, mi hermano y yo nos abrazamos para recibir el último aliento de un concierto de KISS.

La emoción recorrió nuestros sentidos en más de un momento para llevarnos a soltar una que otra lágrima.

No era el set list en sí, sino lo que se ha fundido detrás de esos temas y momentos.

No es Black Diamond, es la mesa del comedor sobre la que tenía unos platos y unos botes emulando a Peter Criss mientra gritaba como loquito.


No es Love Gun, es mi hermano apenas un niño con una capa amarilla y una guitarra siendo Paul Stanley.


No es sólo escuchar God of Thunder, es recrear esa sensación al mirar a Simmons en la carátula del Alive II. No es el hit de Dynasty, sino la maqueta que hicimos con muñecos Kid Acero y Aventures de acción, pilas rayoback y logo de unicel.


Es la brutal portada de Creatures of the Night  mientras suena War Machine, o  evocando Firehouse mientras las llamas salen del rostro de Gene.

Es de alguna forma también darnos cuenta de que nos vamos a ir tarde o temprano.

Cúmulo de emociones inscritas en las hojas de los cuadernos de la primaria y secundaria, pintados con logos y estrellas, bigotes felinos, cohetes y demonios. Lecturas interminables de los artículos de Víctor M. Alatorre, Carlo F. Hernández en Discoteque Rock Pop , Antonio Malacara, y la presencia providencial de Don Arnulfo Flores.


Mientras el logo de KISS brilla por última vez en las pantallas y las enormes grúas cruzan a Tommy Thayer y a Gene Simmons sobre las cabezas de los miles que voltean hacia arriba, mi hermano y yo nos fundimos en un abrazo agradeciendo a la vida haber podido llegar juntos, sanos y unidos hasta este momento.


Parte fundamental de nuestra vida, una filosofía adquirida que nos ha hecho inmensamente felices.


1980



Ya en el avión de vuelta, despegó desde Newark. 

Horas después y tras una escala en Miami  mis ojos quedan fijos en el horizonte imaginando ese nuevo inicio prometido al final del concierto.

Quizá Abner Devereaux medio siglo después nos ganó la partida. 

Gracias a mis padres, gracias a KISS!!

Love U Bro y CA

A