lunes, 29 de enero de 2007

APOCALYPTO

Esa no puede ser la cultura Maya.

Conocedor en la materia me indicaba que Los Mayas eran ricos y una civilización avanzada a su tiempo....

Pero al finalizar la proyección no me sentí ofendido, porque simple y sencillamente los que estamos conscientes de la grandeza de nuestra historia sabemos que lo plasmado ahí NO ERAN LOS MAYAS, sino un grupo de mercenarios, salvajes en busca de esclavos y con la deformada idea de ofrecer tributo a los dioses. De hecho en ninguna parte (creo) del poster o de la cinta –salvo quizá el nombre de un Dios y algunas referencias- no hay mención de los mismos, afortunadamente.

Desde el punto de vista cinematográfico la película no ofrece absolutamente nada nuevo , que no sea integrar la polémica sostenida líneas arriba. No hay más que una historia blanda como miles que hemos visto.

Un grupo de indígenas (evitaré mencionar la palabra MAYA) devastan un pequeño poblado matando a mujeres y hombres y capturando esclavos. Los niños no eran aceptados y de dejaban a lo largo del camino.

De ahí que la cinta se va centrando en uno de estos pobladores que antes de ser capturado logra ocultar en una fosa a su familia, bajo la promesa de que regresará por ellos.

Este grupo de esclavos recorre la selva y finalmente llegan a una de las “ciudades grandes” para darse cuenta de lo que les esperaba. O sea, una sociedad que daba pena y que de ninguna manera se acerca a lo que está registrado en nuestros libros por los conquistadores españoles.

Como todos imaginamos en la sala, el protagonista , al que se le llama “casi”, logra escapar de su cruel destino y claro, va en busca de su familia. Es todo.

Por ningún lado se ven Españoles (salvo al final, unas carabelas), evangelizadores, no hay percepción clara de la organización social, religiosa, económica (sólo el lamentable tráfico de esclavos), y mucho menos de alguno de los emperadores de la cultura, sólo un loco fanático arriba de una pirámide cortando cabezas.
Desde el punto de vista exclusivamente visual hay buenos momentos, en particular el nacimiento de un niño bajo el agua, la crudeza perfectamente transmitida y la escapatoria de “casi” en la escena más bella que se aprecia en una monumental cascada; pero quizá no los suficientes para considerarla solamente como una buena película de acción, desechable en el tiempo., y no como una cinta que deje algún mensaje más allá de la acción que bien pudo desarrollarse en cualquier continente, en cualquier centuria y con cualquier tipo de espada....

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