domingo, 26 de noviembre de 2023

Napoléon



Napoléon (2023) Dir. Ridley Scott







(Escrito mientras suena Power Trip de Patrick Thomas Hawes)


¨Mi destino es más fuerte que mi voluntad´


Mi primer encuentro con Napoléon fue a través de la serie El Túnel del Tiempo en el capítulo titulado El Reino del Terror.

Seguramente en la primaria lo estudiamos como parte de la materia de historia aunque habría que echarse un clavado para ubicar el grado.


De eso no me acuerdo.


De lo que sí me acuerdo es del capítulo, uno de mis favoritos de mi serie favorita de todos los tiempos, flamantes DVD me acompañan eventualmente en tardes retro; de la impactante escena en la que a través del túnel se observa la guillotina en vías de ejecutar a María Antonieta.

De igual forma al final el capítulo Tony Newman en una jugada maestra de los entonces guionistas, profetiza a un capitán de fragata un futuro promisorio en el que muchos reinos estarán a sus piés. Se trata de Napoleón Bonaparte.


Ridley Scott inicia la cinta precisamente con ese hecho aterrador que finaliza con la decapitación de la Reina, también conocida como la Viuda Capeto. Cabello blanco, vestido victoriano, inconfundible que al paso de los años se quedó sellado en mi mente como un afortunado trauma.

No pensé revivir ese golpe visual.


Entre la multitud que lanza porquería y media a la reina se encuentra Napoléon Bonaparte y a partir de ahí se desprenden los hechos que fueron fortaleciendo la carrera militar del futuro emperador.

Aunque las primeras críticas (y seguramente las segundas y terceras) han propinado severos golpes en diferentes direcciones a la película, el ejercicio individual en mi opinión la hace imprescindible para el cinéfilo.


De salida sabemos que no es una biografía ni tampoco un documental, en efecto los acontecimientos históricos saltan de manera precipitada en más de una ocasión, pero cumplen con el cometido de llevarnos por la senda militar vida y obra fundamental de Napoléon.

También estoy de acuerdo en que Joaquin Phoenix se queda lejos de un papel memorable, algo que Scott alcanzó con el mismo Phoenix y el inmortal Gladiador, Russel Crowe, hace 23 años.


Pero más allá de las odiosas comparaciones Napoleón nos adentra en este pasaje histórico, trata de balancear su profundo amor por Josefina, cuestiones de orden político en una fugaz aparición de una personaje clave, Robespierre, y estrategia militar.

Inacabadas etapas, apresuradas dirán algunos, pero cortadas con fina confección y brillante escenografía.


De Francia a Egipto hasta las fuertes estepas de Rusia, cruce apocalíptico de su destino.


Sí, en esta ocasión daba para más metraje.


Se le debió conferir al Emperador mucho de lo que el mismo Phoenix encarnó bajo la mirada siniestra de Commodus.


El efímero retorno de Elba y el exilio final a Santa Elena terminan por cerrar una de las cintas más esperadas para quienes amamos esa mezcla casi afrodisíaca de cine/ historia.


Diez años atrás de El Gladiador, en 1990, llegué al Hospital de los Inválidos en París para conocer la Tumba de Napoleón.

Nunca olvido la sentencia que escuché, imaginé o leí en ese momento.

Aun después de mi muerte se inclinarán ante mí.


Esperé entonces el final de la cinta para encontrar respuesta a ese momento tan significativo en ese mi primer viaje a París.


Obligada.

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