lunes, 20 de junio de 2011

Rush 8 de Junio 2011, Cricket Wireless Amphitheatre, Chula Vista, CA

“Pensábamos en el retiro, no importaba. Preferíamos retirarnos con nuestras ideas, que morir vendiendo nuestras convicciones” Neil Peart, 1975.








La banda canadiense más legendaria del Rock and Roll presentó la noche del 8 de Junio en San Diego un pasaje más de su gira denominada Tour Machine en la que estarían presentando en su totalidad “Moving Pictures”, obra que impactó en 1981 a una generación completa e influyó más de lo imaginable a muchos jóvenes que al tiempo se convertirían en afamados representantes del género.






Rush creció a lo largo de los 70’s sin la atención debida de la crítica que pocas veces los mencionaba y cuando lo hacía era para minimizar su trascendencia en los terrenos del Rock and Roll. Se mencionaba a The Beatles, a Stones a Zep a The Who pero nunca a Rush, quienes tenían el talento y la fuerza de aquéllas luminarias. Alguien tendrá que explicar algún día a que se debió este fenómeno.

Afortunadamente los fans siempre leales han reconocido en Rush una fuerza propia e independiente, con toneladas de talento. Desde la explosión de su obra conceptual “2112” en 1975 el célebre trío de Toronto ha reclutado a millones de seguidores de todo el orbe quienes a lo largo de los años y en cada década, los reconocen como una de las mejores bandas de todos los tiempos.

Sin “deber” realmente ser catalogados en una corriente específica, Rush ante todo es sinónimo de calidad musical y creatividad escénica, 3 talentos que embonan de manera perfecta para lograr interpretaciones espectaculares que pueden trazar notas heavy metal, progresivas, oscuras y claras sin perder precisión y tonalidad que nos llevarán irremediablemente a “las puertas del Queen Park en la región de Ontario”.

Esas variaciones llevaron al grupo finalmente en 1981 al comentado “Moving Pictures”, probablemente el trabajo más representativo de Rush dado que en el convergen todas las formas y fondos de su estilo, resumiendo en 6 temas su mayor equilibrio. Ahí están registrados himnos que se convirtieron en bandera de una generación y carta de presentación para nuevos fans.

De ahí que en virtud de la justicia Rush desde el año pasado integró en su gira el concepto del tiempo y en ella viajó treinta años atrás para interpretar sin interrupciones y de principio a fin dicha obra.


La noche de Moving Pictures.



Ya habíamos sido testigos de esta experiencia en la que Rush desde luego integra temas de su catálogo, algunos excepcionales otros más representativos de una era especial y todo ello se amalgama con la presencia sólida de cada uno de ellos. De ahí que decidimos volver a verlos y asegurarnos nuevamente un espacio en la historia dado que muy probablemente será estas las últimas noches de esta gira, por lo menos en continente americano.

Sin ahondar más en el intro que la banda prepara basados en una historia mezcla ficción y realidad, “The Spirit of the Radio” nos presenta a Gedy Lee, a Alex Lifeson y a Neil Peart, el trío de músicos que no pueden entenderse separados, nunca.






La fórmula avanza y recrea temas de diversas eras, desde la más comercial con Time Stand Still o Stick it Out hasta obras pilares como Freewill y la impactante Subdivisions que esperemos se mantenga en el catálogo para la próxima gira.

Workin' Them Angels echa la Mirada a lo último de Rush hasta ahora y se integraron a lo largo de la noche dos temas que conformarán la próxima obra.

Todavía con la magia de Subdivisions (insito que pedazo de tema) sobre cada uno de nosotros, Rush se toma unos minutos y nos da respiro.





Y como sucedió hace 30 años Tom Sawyer pone en marcha el legendario Moving’s, avanzando vertiginosamente a través de Red Barchetta y el instrumental apoteósico XYZ, para llegar seguro a Limelight y entonces adentrarse en lo más oscuro del ícono con The Camera Eye y Witch Hunt, en donde el juego de luces y video recrean el espíritu de estos temas.

Vital Signs el último tema cierra lo que en su tiempo fue la cara B de una obra monumental.

Neil Peart.
Tomando aire para el cierre del concierto nos encontramos con uno de los momentos más esperados, el solo de batería de un hombre, que a lo largo de más de 30 años no ha dejado de estar sembrado en la lista de los mejores bateristas de Rock de todos los tiempos e incluso ha expandido su legado a otras corrientes diversas. Por ello los minutos en que Neil Peart se queda sn solitario son y serán siempre atesorados en nuestras almas. Un genio inigualable.

El intro acústico de Closer to the Heart nos transporte a los tiempos de piezas largas desembocando en “2112” en sus partes I y II. Estamos frente a un tema de culto que sigue imponiendo su autoridad, aun cuando solamente se apuntalan dos de sus VII pasajes. Quizá en un futuro no muy lejano podamos escucharlo en su totalidad.



Encore

Imposible cerrar la noche sin La Villa Strangiato y Working Man, rescatados de las primeras eras del grupo. Temas que construyeron los primeros cimientos de este reloj del tiempo.

A 30 años de distancia, Rush sigue haciendo valer su fama, músicos de alta escuela, con un estilo inconfundible y con el peso de una rica historia. Sigo pensando que es una de las bandas más completas sobre un escenario en este momento.






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