lunes, 5 de noviembre de 2018

Inquilinos.

Inquilinos. (2018) Dir. Chava Cartas.

“Que es la vida eterna que no una sucesión de muertes…”

Un edificio derruido con pasillos y escaleras que parecen estar en pie por dictado del infortunio. Tal como si miráramos una obra de Rafael Cauduro, donde lo táctil te consume, muebles y ventanas difusas, entre los que sobresale un ropero verde, parecen extraídos de los polvos capaces de consumir los recuerdos de un terrible acontecimiento.
Bajo este marco Luzma y Demián se internan sin saberlo en el pasaje oscuro de la Santería, entre divanes y cajas se esconden objetos indescifrables para mentes normales, en la cómoda se guarda una imagen  religiosas que mira con impotencia su propio destino.
El terror que infunde Inquilinos es tan real como las tradiciones de las que emana, como la magia incomprensible que nos señala y acorrala entre cadenas.
Basta ser testigo del sacrificio que diluye la sangre entre pedazos de hueso profundo y blanco. Campanas que no se escuchan y muertes que se suceden.
La cinta es una obra de terror edificada entre los segundos de tiempo que separan la cordura de la locura, en los extraños ritos descritos en el futuro de quienes habitarán el departamento 6A.
La maldad está presente en formatos previamente concebidos en cintas del género, pero ello no impide a Inquilinos ser lo suficiente genuina para cerrar con llave su propia crónica anunciada.
Y es mexicana….
Brutal! 





No hay comentarios: