Las Horas mas Oscuras (2017) Joe Wright
[...] por favor señora, todos los bebés se parecen a mí..[...]
W. Churchill está a punto de bajar en la estación Westminster del tube (metro) no sin antes intercambiar con los hombres, mujeres y niños (as) que se transportan a sus centros de trabajo y escuela puntos de vista respecto a la posición de Inglaterra ante la probable ocupación de los alemanes.
Un momento clave en las decisiones que el primer ministro está a punto de dar a conocer a su partido y posteriormente en la cámara de los comunes, fortificación de poderes políticos de la Gran Bretaña.
La cinta no es realmente una biografía del legendario personaje dado que no se abarca su vida previo a su nombramiento como primer ministro en 1940, una apuesta vacilante entre los miembros del partido conservador, y su futuro tras el triunfo de los aliados frente a Alemania cinco años después.
Es mas bien una crónica de su incipiente mandato que comenzó el 10 de mayo del 40, revulsivo del esfuerzo militar británico que logró posicionarse en las mentes y corazones de las generaciones testigo de la infamia y poder descontrolado del inefable Adolf Hitler. Churchill alcanzó finalmente la aprobación del mosaico duro de sus adversarios políticos.
El eje es Churchill, el entorno es la segunda guerra mundial y el camino de la ofensiva germana hacia Francia, de ahí que se enfatiza el Milagro de Dunkerque como una de las estrategias mejor razonadas en la mente del "viejo Buldog".
Gary Oldman realiza un brillante papel como Winston Churchill, recreando entre otros el famoso discurso que para muchos quedó registrado en un disco de Iron Maiden, mucho antes de atenderlo conscientemente en alguna biblioteca o libro de texto y saber que había sido expulsado en las entrañas del Parlamento.
[...] pelearemos en las playas, en los campos, en las calles y en las colinas...jamás nos rendiremos..[...]
En aquel discurso Churchill fue contundente y su mano señalaba en cuanto podía la V de la victoria, debajo del sombrero y luciendo una corbata de moño, irascible modelo de los dictadores de rostro sensato, hierro forjado detrás de la simpática sonrisa...
Los viejos esquemas entre los que se inmortalizaron Roosevelt, Truman y Stalin, un cuarteto malévolo que dirigió el destino de nuestro planeta a mediados del siglo pasado. De una locura insensata en forma de esvástica a una quizá mas atroz.
Temas que no llegan a profundizarse en la vida del estadista que se convirtió en premio Nobel de literatura en 1953.
Una cinta que probablemente le otorgue en un mes la estatuilla al viejo Drácula, a nuestro querido comisionado Gordon...
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