Ellos me enseñaron a conjugar palabras y sentimientos, en su mayoría asociadas al deporte , en todas sus ramas. Francisco Lazo me enseñó a ver la fiesta brava desde otro ángulo, el mismo Don Antonio Andere el Box, Tommy al Bat al rey de los deportes Sus artículos siempre mostraban la relevancia de la técnica, la táctica, la estrategia. El no quedarse en el resultado por el resultado, con bases y argumentos sólidos.
Las reseñas de Ignacio Matus, a quien tuve el honor de entrevistar en 1988, fueron incomparables, como nadie para llevarnos por los reductos del Futbol. A veces tres o cuatro hojas exquisitas conformaban la reseña de un juego que aun reviso para revitalizar conceptos futobolísticos.
Y finalmente la era de Carlos Trápaga, un tipo con el don de escribir editoriales cortas que me acostumbré a leer y que ante su ausencia sigo extrañando. Inolvidable aquel texto ante el fallecimiento de Miguel Marín cuando escribió "discúlpame Miguel si se me sale una lágrima, pero yo no soy el Superman que tu fuiste".
Tres grandes hombres letrados y cultos gracias a quienes amplié ideas, conceptos y formas de la escritura. Comprobé en propia piel que el ESTO era mucho más que el periódico color sepia del fut. En el nacieron grandes escritores y estudiosos lectores.
"Expresión, usted dirá" y "Cosas de la Patada" editoriales maravillosas. Las fotos de Celis y Ochoa, Mejía y Sánchez, instantáneas que mas allá del inconfundible color sepia brillaban por su colocación, secuencia y oportunidad. La crítica de Enrique Porta, las crónicas de Gustavo Ramos Galán. "Opinión es..." de Carlos Albert y las intervenciones cubriendo la nota de Jorge Carricart.
Y mi favorito de todos, Don Angel Rueda el legendario caricaturista.
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