El intento poco afortunado de mostrar a Lincoln en los años en que se desarrollaba la Guerra Civil en 1865. La cinta es históricamente aceptable pero no logra transmitir la intensidad de lo que hemos visto en documentales e historias de menor presupuesto respecto a la vida y obra del décimo sexto presidente de los Estados Unidos.
La historia se centra particularmente en el impulso que Lincoln intenta dar en la cámara de representante a la décimo tercera enmienda la cual buscaba evitar que la esclavitud se expandiera mas allá de los Estados representante de la Unión y de igual forma alcanzar la paz entre los Estados del Sur , confederados, y los representantes del Norte.
La historia no profundiza demasiado en estos temas, sin embargo se alcanzan buenos momentos en los debates al interior de la misma Cámara. De igual forma se deja entrever la relación que tenía con su esposa Mary Todd, con una Sally Field vigente y excelente actriz, así como algún intento de intensidad en diálogos con Joseph Gordon-Levitt en el papel de su hijo Robert Todd.
Linconl en la espléndida caracterización de Daniel Day Lewis logra dar fuerza al personaje, pero le falta intensidad a la historia y sobre todo variación a la misma. Se cae en un circulo en el que Lincoln expresa su filosofía a quien se le pone enfrente y anécdotas al grado de saturar el guión. Afortunadamente puedo señalar que la actuación de Tommy Lee Jones en el papel del congresista Thaddeus Stevens es soberbia y logra sacar a flote la historia en varios momentos.
Ni siquiera en la triste visita al teatro Ford se sale del ápice.
La recreación de la época , vestuario y escenarios de primera, lo mínimo esperado en una producción de Spielberg.
Linconl de cualquier forma estará disputando un lugar en la entrega de los premios Oscar, más por el desempeño personal de Lewis/Jones que por la calidad de la historia contada, que al final debe ser la razón de filmar.
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