PALACIO DE LOS DEPORTES, MEXICO D.F, 30 DE SEPTIEMBRE y 1 de OCTUBRE DE 2010.
FOTOS FERNANDO ACEVES
Familias completamente maquillados como sus héroes, un hombre vestido de pies a cabeza como Gene Simmons, puestos con infinidad de artículos con el logo del grupo. Si de por si los bazares que rodean al domo de cobre son folclóricos, imaginen con KISS cuanta creatividad puede aflorar.
Imágenes que en 1980, año en que KISS incrementó su popularidad en nuestra ciudad, eran difíciles de concebir, cuando un concierto de KISS era algo realmente imposible de llevar a cabo, aun cuando se hay ilusionado a los fans con ese concierto casi cerrado del 9 de Agosto del 80 en el Estadio de la Ciudad de los Deportes. Nada de eso ocurría.
30 años después KISS aparece en la Ciudad de México por quinta ocasión. Cambiaron las cosas afortunadamente.
Lo mejor de ello es que muchos jóvenes que sólo escucharon a través de sus padres sobre los mitos y leyendas del grupo más espectacular del rock, pudieron constatar tanta tinta plasmada sobre sus espaldas.
KISS mantuvo el mismo esquema presentado en Monterrey, de hecho no hubo cambios significativos en ninguno de los conciertos de la gira, sin embargo siempre las noches del palacio de los deportes le han sentado muy bien a KISS.
Desde aquella presentación sin maquillaje del 94 que representó su primer concierto, pasando por la célebre gira con los miembros originales del 97 y el Rock Nation Tour del 2004, la armada de la capital ha raspado bien la garganta con los temas del cuarteto diabólico bajo la coraza del domo.
La primera noche en particular fue alucinante, con los cuatro miembros en completa interacción con la armada mexicana, volando por los aires en momentos cumbre, escupiendo fuego y sangre. Batería que se eleva y deshace un plafón del circuito de luces, y una guitarra que cruza el escenario.
La primera noche en particular fue alucinante, con los cuatro miembros en completa interacción con la armada mexicana, volando por los aires en momentos cumbre, escupiendo fuego y sangre. Batería que se eleva y deshace un plafón del circuito de luces, y una guitarra que cruza el escenario.
El bajo de Gene Simmons sonando como los mismísimos dragones de la mitología, estremeciendo cada cuerda transformada en hacha al borde de la plataforma en la que expulsa torrentes de sangre ante la apoteosis de la masa que lo mira incrédula. I Love it Loud!!
Paul entonando el tema más popular de KISS en México sobre una base colocada en la parte trasera de la sección a la que llega elevándose sobre las cabezas de sus fans que desde siempre lo colocan como uno de los front man más increíbles que ha dado el rock and roll. Ser un KISS es ser una superestrella del Rock , dijo Paul alguna vez. Es cierto.
Eric Singer el gato se ve imponente detrás de la batería y mantiene el gran nivel que le han dado tantos años en el tablero mundial del rock. Hoy dignamente lleva la historia de sus antecesores (Criss y Carr) en la espalda. Tommy el hombre espacial lleva todos los riffs en su memoria, sin fallar en uno solo y cada vez más involucrado en el personaje que hizo famoso Ace Frehley.
A lo largo de dos horas los fans celebran la presencia del grupo una vez más en México. Fieles a la leyenda que cuatro hombres de Nueva York comenzaron a construir en 1974 y que hoy está escrita en la mente de varias generaciones.
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