Sin ser una película dirigida por completo a la vida y obra de Andy Warhol, queda de manifiesto la influencia que este personaje tuvo sobre toda una generación. Trastocó la vida de muchos jóvenes que lo consideraban un genio y que se alinearon a la vida de abuso y excesos que el fundador y principal representante del Art Pop experimentó a lo largo de su carrera. Uno de esos jóvenes fue precisamente Edie Sedgwick, bella y acaudalada heredera de una familia de Santa Bárbara California quien fue seducida por la apertura de nuevas corrientes musicales y artísticas de los 60’s, viajando a la ciudad de Nueva York
Entre los principales representantes de estas nuevas corrientes de expresión estaba Andy Warhol quien conoce a Eddie y de inmediato la adopta y reconoce como su musa y principal actriz del cine experimental que comenzaba a elaborar. Trabajos en su mayoría realizados en un piso conocido como La Fábrica.
A partir de una escena en el que se ve a la protagonista internada en un hospital psiquiátrico, se narra el nacimiento , esplendor y debacle de esta joven quien con apenas 28 años sentenciaba sus 15 minutos de fama, bajo todo tipo de contrastes. Objeto de inspiración que sin embargo de un día a otro dejó de serlo.
Interesante propuesta en la que sobresalen las esplendidas actuaciones de Sienna Miller y Guy Pierce, y en donde Hayden Christensen no corre la misma suerte tras una desafortunada caracterización del múscico (referencia directa de Bob Dylan).
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